La paz y la guerra empiezan en el hogar.
Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias.
Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro, precisamos que toda la familia viva feliz.
Nadie parece tener tiempo para los demás: los hijos para sus padres, los padres para sus hijos, los esposos el uno para el otro.
La paz mundial empieza a quebrarse en el interior de los propios hogares.
Teresa de calcuta